
Desde pequeños, se nos enseña a abrir y cerrar las manos, o a agitarlas, para aprender la forma más común de saludo amistoso: el hola. Este gesto, ahora internacional, se declina después en varios idiomas, incluido el inglés Hello, que se ha convertido en una de las principales palabras utilizadas en el mundo a la par que pizza, bravo y gracias.
Es un gesto tan maravilloso y natural que transmite una sensación de calidez y bienvenida, que realizamos de forma muy natural y espontánea decenas de veces a lo largo del día, tanto cuando conocemos a alguien como cuando nos despedimos de él. Un gesto realizado con la mano, la herramienta más perfecta que se ha dado a la humanidad y con la que realizamos miles de acciones cotidianas, como agarrar un picaporte, abrir una aplicación de nuestro smartphone o llamar a una puerta.
Es precisamente a partir de la combinación de gestos cotidianos y tecnología que, a partir de hoy, podemos dar un nuevo impulso a la seguridad gracias a la cerradura electrónica Hellock, la cerradura más pequeña del mundo con procesador interno, que ofrece una gran fiabilidad y comodidad con sólo tocarla con un dedo. Tan cómodo como un candado, tan práctico como un teléfono móvil, tan pequeño como un gadget, tan sencillo como un apretón de manos. Basado en un sistema autónomo de autoaprendizaje, no requiere programación gracias a su acceso 100% fácil.
Tus objetos personales pueden guardarse de la mejor forma posible, sin necesidad de llaves mecánicas que pueden perderse o duplicarse fácilmente, con control de acceso total mediante smartphone. Disponible en 9 variantes, puedes decidir abrirlo girando y activando el pomo introduciendo un código a través del teclado ergonómico de silicona, con tu teléfono móvil mediante NFC o Bluetooth, con una pulsera de goma de color, con un llavero o con el distintivo RFID de tu empresa.
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