La pandemia pasará, nuestra necesidad de contacto no
Trabajo inteligente, teletrabajo, trabajo ágil, co-working: todos ellos términos de uso común desde hace varios años gracias a la llegada de nuevas tecnologías como las conexiones de banda ancha de alto rendimiento, la realidad aumentada y las plataformas de videoconferencia cada vez más avanzadas y estables. Por supuesto, la reciente pandemia no ha hecho sino situar estos nuevos métodos de trabajo entre los temas más debatidos y cuestionar cuál es la mejor opción actual y futura para conciliar el rendimiento de los trabajadores, la vida privada y la sostenibilidad económica y medioambiental.
Como han confirmado varios estudios, el trabajo inteligente conduce a la rarefacción del contacto con los compañeros y la mediación del mismo a través de un buzón de correo electrónico o una webcam, podría conducir, a largo plazo, a la alienación y el aislamiento, distorsionando la naturaleza social del trabajo.
Co-working: respetar el entorno y las necesidades relacionales de los trabajadores
Por eso también se está popularizando cada vez más el co-working: una forma de trabajar que consiste en alquilar un puesto de trabajo durante uno o varios días a la semana, quizá en unas instalaciones más accesibles que la sede de la empresa, donde varios trabajadores o profesionales acuden para encontrar la concentración que difícilmente tendrían en casa, o para trabajar en red. Alquilas la silla, el escritorio, el equipo para videoconferencias, salas de reuniones y, por supuesto, el mobiliario que compone el puesto de trabajo: cajoneras, armarios, taquillas donde guardar documentos, material promocional, herramientas de trabajo como ordenadores, tabletas, etc. Al tratarse de un entorno compartido, es esencial, por un lado, que estos efectos personales permanezcan seguros y, por otro, que los compartimentos puedan liberarse cuando sea necesario, precisamente para permitir la rotación entre usuarios. La llave sería sin duda un impedimento, dado el peligro de pérdida, de rotura dentro de la cerradura, de que el usuario se olvide de devolverla, y la necesidad de que la gestión de todas las llaves se organice en la recepción.
Para trabajar de forma inteligente, ¡necesitas soluciones inteligentes!
Por eso la cerradura mecánica de combinación para puertas o cajones, de madera o metal, que facilita la apertura/cierre moviendo las ruedecitas de la parte delantera para marcar un código, ¡como abrir un carrito de viaje!
Para quienes tengan necesidades de gestión más amplias y variadas, he aquí la cerradura electrónica que, sin necesidad de cableado y con una autonomía de 10 años, permite la apertura/cierre mediante PIN, tarjeta RFID o smartphone, garantizando un control de acceso puntual y la posibilidad de que el operario abra en cualquier momento con un código dedicado passe-partout.
Todos están contentos: el usuario porque asegura sus pertenencias y el gestor que puede garantizar siempre a todos los clientes un espacio para guardar documentos u otras cosas, evitando ocupaciones tardías y dolores de cabeza.
Descubre las soluciones de cierre mecánico sin llaveDescubre las soluciones de cierre electrónico sin llave

La pandemia pasará, nuestra necesidad de contacto no
Trabajo inteligente, teletrabajo, trabajo ágil, co-working: todos ellos términos de uso común desde hace varios años gracias a la llegada de nuevas tecnologías como las conexiones de banda ancha de alto rendimiento, la realidad aumentada y las plataformas de videoconferencia cada vez más avanzadas y estables. Naturalmente, la reciente pandemia no ha hecho sino situar estos nuevos métodos de trabajo entre los temas más debatidos y cuestionar cuál es la mejor opción actual y futura para conciliar el rendimiento de los trabajadores, la vida privada y la sostenibilidad económica y medioambiental.
Como han confirmado varios estudios, el trabajo inteligente conduce a la rarefacción del contacto con los compañeros y la mediación del mismo a través de un buzón de correo electrónico o una webcam, podría conducir, a largo plazo, a la alienación y el aislamiento, distorsionando la naturaleza social del trabajo.
Co-working: respetar el entorno y las necesidades relacionales de los trabajadores
Por eso también se está popularizando cada vez más el co-working: una forma de trabajar que consiste en alquilar un puesto de trabajo durante uno o varios días a la semana, quizá en unas instalaciones más accesibles que la sede de la empresa, donde varios trabajadores o profesionales acuden para encontrar la concentración que difícilmente tendrían en casa, o para trabajar en red. Alquilas la silla, el escritorio, el equipo para videoconferencias, salas de reuniones y, por supuesto, el mobiliario que compone el puesto de trabajo: cajoneras, armarios, taquillas donde guardar documentos, material promocional, herramientas de trabajo como ordenadores, tabletas, etc. Al tratarse de un entorno compartido, es esencial, por un lado, que estos efectos personales permanezcan seguros y, por otro, que los compartimentos puedan liberarse cuando sea necesario, precisamente para permitir la rotación entre usuarios. La llave sería sin duda un impedimento, dado el peligro de pérdida, de rotura dentro de la cerradura, de que el usuario se olvide de devolverla, y la necesidad de que la gestión de todas las llaves se organice en la recepción.

Para trabajar de forma inteligente, ¡necesitas soluciones inteligentes!
Para quienes tienen necesidades de gestión más amplias y variadas, existe la cerradura electrónica que, sin necesidad de cableado y con una duración de la batería de 10 años, permite la apertura/cierre mediante PIN, tarjeta RFID o smartphone, garantizando un control de acceso puntual y la posibilidad de que el operador abra en cualquier momento con un código dedicado passe-partout.
Todos están contentos: el usuario porque asegura sus pertenencias y el gestor que puede garantizar siempre a todos los clientes un espacio para guardar documentos u otras cosas, evitando ocupaciones tardías y dolores de cabeza.
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