A menudo, cuando acudimos a lugares abiertos al público, equipados con vestuarios, es necesario utilizar o comprar un candado para cerrar temporalmente la taquilla que vamos a utilizar; este método práctico y seguro de cierre es posible gracias al uso de cerraduras con candado.

Diseñados para la protección de armarios de madera y chapa, incluso robustos, o para el cierre de contadores de gas y agua, pueden utilizarse como cierres de armarios que contienen equipos electrónicos o incluso en el ámbito hospitalario. Son apreciados por su facilidad para abrir la puerta o la trampilla gracias al práctico tirador incorporado y por su gran flexibilidad en el campo de la seguridad, dada la posibilidad de utilizar cualquier tipo de candado y sustituirlo con facilidad, sin tener que quitar o modificar la cerradura.
El montaje de las cerraduras con candado o precinto es sencillo: basta con taladrar un orificio de tamaño estándar en la puerta o la hoja y colocar la cerradura.
La puerta se abre girando la manilla 90 grados; la aplicación del candado a través del orificio previsto impide este movimiento, imposibilitando así su apertura y manteniendo a salvo el contenido de la puerta.
Disponibles en varias longitudes (de 10 a 28 mm) y fabricadas en metal fundido a presión con acabados niquelado o cromado, garantizan una gran resistencia y una larga vida útil del producto.


Se suministran de serie con tuerca y palanca Q7, longitudes 43, pero gracias a la producción en las fábricas italianas de OMR, es posible un alto grado de personalización, como acabados alternativos o palancas especiales.
La variante lista para precintar permite aplicar un precinto de seguridad, muy útil en todas las aplicaciones en las que se requiera un control seguro de las aberturas, como equipos contra incendios, medicamentos, sustancias peligrosas o desfibriladores DEA.
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