La prevención y la gestión de la corrosión son factores clave en muchos contextos industriales como, por ejemplo, los sectores de vehículos industriales, automoción, construcción naval, aeroespacial civil/militar o ferroviario. No tratar adecuadamente la corrosión puede poner en riesgo no sólo el rendimiento del producto, sino también la seguridad del activo a su cargo. Además, el mantenimiento continuo puede afectar negativamente a la facturación.
Las reacciones químicas o electroquímicas con el entorno que pueden desencadenar un proceso de corrosión son muchas y muy a menudo están provocadas por uno de estos factores: humedad, temperaturas extremas, líquidos superficiales, polvo atmosférico, sales, lubricantes industriales.

Cuando las cosas se ponen difíciles…
Afortunadamente, gracias a la tecnología, los diseñadores e ingenieros disponen de muchos más materiales para fabricar productos resistentes al deterioro y la corrosión.
Los materiales marcan la diferencia, sobre todo cuando se trata de productos, como las cerraduras, que se montan en barcos y que tienen que trabajar constantemente en las condiciones más variadas: frío, calor sofocante, lluvia, viento, agua salada, corrosión y cargas mecánicas elevadas. Las aplicaciones en estas condiciones requieren un alto rendimiento y, durante mucho tiempo, el acero inoxidable ha sido el rey de los materiales para este tipo de aplicaciones. El acero en sí es un material formidable que, según sus distintas composiciones químicas, se clasifica en cuatro categorías principales: acero al carbono, acero aleado, acero para herramientas y acero inoxidable. Este último no requiere revestimientos protectores y se caracteriza por suanticorrosividad, su resistencia a los agentes atmosféricos y su perfecta integración con el entorno, lo que le hace merecedor del primer puesto sin demasiado esfuerzo.
Sin embargo, la llegada de la nanotecnología, una realidad cada vez más tangible que abarca todos los campos de la disciplina y que es capaz de revolucionar todos los sectores jugando con átomos y moléculas, trabajando con objetos de aproximadamente un nanómetro, la milmillonésima parte de un metro (10-9m) de tamaño, ha propiciado la aparición de materiales realmente sorprendentes e innovadores. Entre ellos se encuentran los tecnopolímeros, que son mucho más baratos que el metal mecanizado, pero igual de fiables, rígidos y resistentes para muchas aplicaciones. Recientemente, incluso se han utilizado en lugar del acero inoxidable para fabricar instrumentos para operaciones de corazón.
Usos clásicos y vanguardistas de los tecnopolímeros
Los plásticos, o polímeros, se utilizan notoriamente para diversos diseños de ingeniería y en la producción de muchos objetos, mediante moldeo por inyección, en los sectores más diversos: eléctrico, electromecánico y electrónico, calefacción, electrodomésticos, óptica, construcción, transporte, alimentación, automatización industrial, médico, cuidado personal. Incluso en el sector de la seguridad y el control de accesos, las empresas fabricantes de cerraduras las utilizan para crear productos innovadores y aprovechar al máximo sus características especiales: buena o excelente estabilidad dimensional, mantenimiento de buenas propiedades mecánicas incluso a temperaturas superiores a 100°C, facilidad de procesamiento, alta resistencia a las cargas dinámicas y al envejecimiento…
El estado del arte de las cerraduras especiales – sector naval, ferroviario y aeronáutico
O.M.R. Srl, siempre centrada en la innovación y en satisfacer las necesidades de sus clientes, lleva años explotando toda la versatilidad e innovación de los tecnopolímeros en la producción de cerraduras especiales para los sectores naval y ferroviario, así como en la industria aeronáutica o de válvulas. Además, gracias a sus propiedades no magnéticas, pueden utilizarse en muebles y en el cierre de equipos para salas de radiología, gracias a sus propiedades anticorrosión pueden utilizarse en carros de limpieza o en armarios en contacto con disolventes y sustancias ácidas, mientras que gracias a sus propiedades no tóxicas pueden utilizarse para cerrar compartimentos y puertas en los sectores alimentario o farmacéutico. Las cerraduras fabricadas con tecnopolímeros no sólo garantizan las mismas prestaciones que sus homólogas de acero o aleación de zinc, sino que son auténticos camaleones, ya que, gracias a sus diversos colores, pueden integrarse perfectamente en el producto, mejorando su aspecto estético general.
Además, los polímeros de ingeniería son 100% aptos para el reciclaje y evitan en cambio los tratamientos galvánicos requeridos en el acero y la aleación de zinc, reduciendo así el proceso de producción y las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes, en favor de una producción sostenible como la prevista en la Agenda 2030.

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