El mundo del mobiliario de oficina está cada vez más saturado y la oferta aumenta constantemente. ¿Cuál es el punto de partida para hacer la mejor elección? En primer lugar, de los materiales según el entorno a personalizar: tipos de madera más o menos nobles, los más baratos derivados del tratamiento de sus residuos como el MDF, el aglomerado, el contrachapado, para pasar a los materiales sintéticos multicapa, la melamina y, por último, pero no por ello menos importante, el metal. Por sus características de resistencia y durabilidad, el metal es sin duda el material más recomendable para el entorno de un taller que, por muy bien mantenido y cuidado que esté, someterá al mobiliario a tensiones muy diferentes a las de una oficina más confortable.
Una vez definido el material, hay que pensar en el tipo de puerta y, en consecuencia, en el tipo de cerradura que hay que instalar para garantizar la seguridad del contenido de su interior: tal vez algún valioso instrumento de medición o archivo de documentos, una valiosa herramienta o simplemente la típica galga que siempre desaparece… ¡Aclaremos las cosas!
Para las herramientas más pequeñas, quizá aquellas de las que nunca se puede separar el operario, puede ser mejor optar por una cajonera móvil y compacta. En este caso, aquí tienes una de las soluciones para su cierre, que sin duda puede combinarse con nuestros sistemas antivuelco para mayor seguridad.
En cuanto a los armarios, las puertas correderas son otra opción: ahorran espacio porque no hay puerta Batiente, pero tienen el inconveniente de que nunca se puede ver todo el contenido del armario, ya que sólo se puede abrir una puerta cada vez. Para quienes opten por las puertas correderas, he aquí algunas soluciones:
Dada la solidez del mecanismo y la ausencia de guías que puedan dañarse, comprometiendo la funcionalidad del propio armario, ¿por qué no optar por una puerta Batiente? He aquí la solución que combina robustez y funcionalidad, practicidad y, por qué no… también un toque estético: el tirador con base cuadrada.
Instalación a presión, sin necesidad de herramientas. El diseño trasero con aletas expansibles es dinámico y flexible: basta con introducir la cerradura con asa en el orificio y ¡listo!
El esfuerzo sobre el mecanismo para abrir o cerrar lo realiza la empuñadura, ¡no la llave! La llave sólo servirá para desbloquear o bloquear la rotación de la manilla. Por tanto, tu cerradura durará mucho más.
Hablando de llaves… ¿Por qué solución deberías optar? Para evitar que la llave se rompa dentro del trinquete o que alguien se lesione al chocar con ella, ¡una llave con mango de plástico plegable es la solución ideal! ¡Segura, funcional y ahorra espacio! Para los más tradicionalistas, no hay nada que temer: también hay llaves clásicas totalmente de latón o con empuñadura fija de plástico, que se pueden personalizar tanto en color como con la marca del cliente.
¡No nos hemos olvidado de la ergonomía! Debido a los materiales con los que entras en contacto en el taller, los dedos pueden resbalar y el agarre no siempre es firme. No te preocupes: ¡los dos rebajes del mango vienen al rescate!
Una última cosa, ¡pero no por ello menos importante! ¿De qué color debe ser tu nuevo armario? Independientemente del color que elijas, nuestro tirador base cuadrado de metal (¡no de plástico!) puede pintarse exactamente en el mismo tono que el armario. Porque la estética es tan importante para nosotros como la practicidad y la robustez…
Para los que quieran entrar en el mundo 4.0, aquí está la cerradura electrónicaIdeal para eliminar la gestión de llaves y garantizar un control de acceso perfecto. Puede instalarse en 5 minutos en cualquier armario existente y sustituir inmediatamente a tu antigua cerradura mecánica.
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